Cualquiera que haya pasado por un divorcio, independientemente de las causas, es una experiencia complicada. Algunos divorciados experimentan una liberación, pero por el contrario, otros se quedan atorados en el resentimiento, duda, odio y dolor. Es un proceso muy doloroso.
Toda persona que pasa por un divorcio debería recibir ayuda terapéutica para poder cerrar esa etapa de su vida de manera saludable, es una experiencia traumática son vivencias que requieren de un proceso de vivir el duelo, ya que la persona se siente lastimada, dañada, herida en alguna medida, y necesita ayuda de un profesional.
El índice de divorcios cada día va en aumento, cada año que pasa las estadísticas son alarmantes de cada diez personas que se casan, tres se divorcian, sin duda es todo un desafío. Podemos observar este fenómeno en la escuela de los hijos. Atrévete a atravesar la etapa del dolor para convertirlo en un camino de crecimiento que te permita abrir las puertas del alma, encontrar un mejor tiempo y el amor.
La travesía de la separación, el divorcio, es encontrarnos navegando en medio de la nada, no podemos volver, por momentos sentimos que se desatan grandes tormentas, y muchas veces no podemos visualizar hacia donde nos dirigimos, no vemos nada, aparecen situaciones que nunca imaginamos.
¿Qué hacer en esos momentos de tormenta?
La única salida es mirar el mar y ver como nos arreglamos con las olas, los vientos, no detenernos a mirar hacia la tierra la isla que quedo atrás. Si tomamos la decisión de subirnos a este barco de nada vale arrepentirse, enojarse con nosotros mismos o culpar al otro.
¿Quién nos metió y supuestamente también nos obligó a estar a la deriva?
Es el momento de permanecer atentos a lo que ocurra para no hundirnos, dejar que el barco nos lleve, son tareas primordiales, para seguir navegando con la confianza en que vamos a llegar a un puerto seguro.
La separación es un evento de gran impacto, en las parejas que toman esta decisión, es una situación que tiene efectos emocionales, familiares, sociales, económicos y legales.
Hay muchas razones que pueden llevar a las parejas a divorciarse, pero las más tradicionales son:
Infidelidad.
Problemas sexuales.
Violencia.
Esto lleva a las parejas, a separarse cada vez más, por otro lado, hombres y mujeres tienen altas expectativas, una idea errónea de lo que significa compartir la vida en pareja, chocan y se presentan las dificultades en la pareja. Otros factores que llevan a la ruptura de pareja son la libertad para tomar sus propias decisiones, el manejo del dinero, el uso de la tecnología, aunado a todo esto hace que uno, o los dos miembros de la pareja llegue a la conclusión de que se casó con la persona equivocada.
En mi experiencia, lo que veo a diario como terapeuta de pareja, son sentimientos, batallas, problemas, rabia, frustración, impotencia, que resulta desastroso para los hijos, ya que ellos son los más afectados, terminan culpándose y asumiendo roles que no le corresponden, quedando entre la espada y la pared, una situación verdaderamente difícil para los hijos.
Pasar por una situación de divorcio no es tarea fácil, pero es posible afrontarlo con valentía y de una manera positiva y que cada uno se responsabilice y se haga cargo de la parte que le corresponde, no es un fracaso, es un proceso de aprendizaje, que requiere inteligencia, sensibilidad y voluntad.
Algunas recomendaciones:
- Comunícate de una manera responsable y de respeto con tu pareja, para asuntos relacionados con tus hijos.
- No te culpes, preocúpate por ti, no estés solo, rodéate de amigos familiares, y si sientes que ya no puedes más, busca ayuda de un profesional.
- Negocia con tu expareja permisos, citas al médico, que día verás a tus hijos, entre otros, no hagas la situación más difícil de lo que ya es.
- No involucres a tus hijos en los pleitos con tu expareja, ni expongas a tus hijos a elegir entre alguno de ustedes.
- Dale tiempo a tus hijos para que vayan aceptando y sanando, todo este evento que están viviendo.
Con todo mi cariño
Ena Barrera