Cada día me encuentro con personas que asisten a sus sesiones de terapia deprimidas, ansiosas, cansadas, con el ánimo por los suelos, la alegría ha desaparecido de sus vidas, han perdido todo el interés de las cosas que antes hacían con ganas, lo describen como un dolor mental prolongado, un vacío, desesperación y sensación de confusión.
Tus pensamientos giran sin parar en torno al pasado.
Pensamientos que no cesan como:
- Tengo miedo.
- Siento que no voy a poder sola(o).
- Me estoy derrumbando.
- Tengo miedo de viajar sola(o).
- No tengo futuro.
- Todas mis relaciones son un fracaso.
Estos son algunos de los estados mentales en que podemos vernos atrapados, de manera sutil descubrimos que no podemos perdonarnos, por cosas que hemos hecho o que nos han salido mal en el pasado. Cargamos con el peso muerto de los fracasos pasados, los asuntos inacabados, las dificultades en las relaciones, las discusiones sin resolver, las ambiciones no satisfechas para nosotros mismos y los demás.
Esto revela aspectos de tu mente, hay que dejar ir el pasado, el dar vueltas a cosas que ocurrieron o dejaron de ocurrir, o preocuparse por cosas que no han ocurrido. Cuando la mente queda atrapada en esa rutina, y no sale de ahí, se piensa demasiado. Por mucho que lo intentes, eres incapaz de separar tu mente de sus propios objetivos y fantasías, es un estado que se conoce como “enganche”.
Sientes que no mereces ser feliz y actúas desde la culpabilidad, sintiendo vergüenza por no poder afrontar alguna situación, por ser mala esposa, madre, hija o hermana. Culpable hasta por disfrutar de la vida y ser feliz y eso no es más que miedo al miedo, ese mago negro que todos tenemos en nuestra cabeza «el acusador», el miedo a no ser lo suficientemente bueno, miedo al fracaso, miedo al que dirán y ese miedo al miedo se vuelve un circulo interminable y gasta toda nuestra energía. Todos estamos expuestos a caer en estos tipos de pensamiento y quedar atrapados, pensando en que nada podrá ser como antes.
Podemos hacernos la pregunta ¿Por qué ocurre esto?
Es el modo en que recordamos los hechos del pasado, estos tipos de pensamientos parecen quedarse allí en nuestra mente permanentemente, pero te tengo una buena noticia: ¡Es temporal! pueden cambiar, con la meditación consciente, la respiración y dándote cuenta, liberándote de la trampa de todos esos pensamientos negativos desde la aceptación de las culpas y los temores del pasado, mirarlos como simples hojas del viento. Cada una de estas prácticas te ayudara a aprender que existe una nueva posibilidad para ti acompañado de una sabiduría sin críticas y compasiva.
Es importante que te trates con amabilidad. ¿Eres muy duro contigo mismo? deja de juzgarte, para que puedas encontrar la paz.
Reflexiona sobre las siguientes preguntas:
- ¿Hago juicios sobre mí?
- ¿Me desapruebo en todo lo que hago?
- ¿Creo que mis pensamientos están fuera de la realidad y que no debería pensar así?
- ¿Me estoy criticando constantemente?
- ¿Pienso que algunas de mis emociones son inadecuadas y que no debería de sentirlas?
- ¿Me desapruebo en todo lo que hago?
Si respondiste afirmativamente dos o más preguntas, es posible que estés siendo demasiado duro contigo mismo. Trátate con amor y compasión. Si quieres experimentar vivir en el aquí y en el ahora y tener una paz profunda, tienes que relacionarte contigo mismo y con el mundo con amabilidad y amor.
Te dejo con este pequeño ejercicio de diez minutos de silencio diario. No hacer nada, expandirás tu conciencia, observaras mejor las cosas, respira profundo, te ayudara a tener paz, recuperar la amabilidad contigo mismo y hacia los demás. Practícalo durante un mes.
Si tienes cualquier duda o comentario sobre este artículo, te invito a contactarme a través del formulario de contacto en esta página, ya sea que solicites una llamada o me envíes un mensaje, para mí será un placer responderte.
Con todo mi cariño
Ena Barrera